MVDr. Martina Mudráková

Heridas y tratamiento moderno con el método de cicatrización húmeda

La cicatrización de heridas ha experimentado una evolución tumultuosa en los últimos años. Si bien los primeros apósitos modernos se aplicaron hace más de 40 años, el cambio de milenio ha estado marcado por el desarrollo de nuevas tecnologías que agilizan aún más el proceso de cuidado de las heridas.

Entre los nuevos métodos de curación de heridas se encuentra la llamada curación húmeda. Sin embargo, este método se descubrió en realidad mucho antes, pues la miel ya era popular en la Edad Media, ya que mantenía húmedas las heridas y además tenía efectos antibacterianos y antiinflamatorios.

Una herida puede considerarse como una alteración de la integridad de una determinada superficie corporal. Puede afectar tanto a la piel como a otros tejidos, a menudo más profundos. Existen varios mecanismos de lesión por los que puede producirse una herida. En función de ello, distinguimos entre heridas cortantes, acuchillantes, punzantes, lacerantes, contusas o incluso heridas por arma de fuego y mordeduras. Además de los factores mecánicos, también pueden intervenir en la formación de una herida otros factores, como los químicos o la radiación (Wald, 2010). Así pues, una herida puede formarse de muchas maneras, pero su cicatrización siempre tiene varias fases básicas (Stroncek y Reichert, 2008)

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